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Behobia – San sebastián 2014

Compartir es vivir!

Básicamente esta es una crónica de cómo ir a una carrera casi de casualidad por conseguir un dorsal de rebote y volver a casa habiendo vivido una experiencia inolvidable.
Volver a Donosti, donde viví un par de años mientras estudiaba técnico de sonido y justo recordar grandes tardes de aquella época esta misma semana ya denotaba que iba a ser una experiencia buena. Además le sumamos compartir viaje con compañeros de equipo y nuevos amigos conocidos por Instagram apasionados del atletismo y ya tenemos un cóctel con muchos ingredientes favorables…Poniendo como guinda el que el tiempo respetara durante la carrera…¿Se puede pedir algo más?

Lo cierto es que si habría que sacar alguna pega al viaje, sería la ida en tren, que fuimos como sardinas, pero era algo que era de esperar, ya que había que movilizar a 30.000 personas de Donosti hasta Behobia. Además, nos columpiamos un poco con los horarios y acabamos llegando algo tarde a Behobia, con lo cual, tuvimos que salir en cajones más lentos del ritmo que esperábamos llevar.

No obstante, una vez empieza la carrera, todo fluye, de hecho, Berni empieza a tirar para adelante y finalmente tengo que dejarle ir porque me noto que voy por encima de mi ritmo, así que pese a todas las pegas, se puede llevar buen ritmo dentro de lo que cabe.
La carrera va avanzando, y cada vez que llego a la cima de los repechos que hay a lo largo de la carrera, veo un manto multicolor que cubre el asfalto. En mi cabeza siempre se repite la frase de: «Ya está, otro cuello de botella», pero minutos más tarde cuando paso por el sitio que aparentemente se iba a taponar, nada, se corre cómodo. Me cuesta creer que haya tanta gente corriendo y se note tan poco.

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Al hecho de que se corre cómodo (obviamente con sus obstáculos, está claro, no estoy entrenando sólo), hay que sumarle el gran ambiente que hay en las calles. El «problema» que suelo tener con carreras de más de 10Km es que mi mente se «aburre» y en los Kilómetros intermedios suelo bajar el ritmo, no porque me canse o no me de la caja, si no porque se me olvida que estoy corriendo o algo, es totalmente involuntario. Pero en este caso es diferente, el estar arropado por una multitud de gente aplaudiendo en los arcenes y aceras hace que no te olvides en ningún momento de dónde estás. Después del triatlón de Vitoria y esta carrera, te das cuenta de que tenemos mucho que aprender de los alaveses y guipuzkoanos en cuanto a animar se refiere, a veces parece que en Bilbao sólo sabemos animar al Athletic.

Contento de haber mantenido el ritmo bastante uniforme en toda la carrera!

Ya pasada la última «tachuela» se encara la bajada a Donosti y la explosión de sentimientos de los últimos kilómetros, recuerdos de otros tiempos en la ciudad, aplausos de gente, consejos para los últimos kilómetros (donde últimamente han muerto varios corredores), más aplausos, esquivar varios pies, aún más aplausos, arcos en la última recta, aguarda un poco, hay más arcos de los que parece y engañan, un poco más, ya se ve el arco final con el reloj; la meta. Ahora sí, sprint a 3:00min/km y saborea la experiencia.

Cruzar el arco a 1h30m41s y pensar que si hubiera mirado el reloj en algún momento de la carrera, podría haber hecho sub 1:30h, pero estaba ocupado disfrutando de la carrera, de los aplausos, de la música, de los ánimos…podría haber hecho 41 segundos menos, pero habría estado 41 segundos menos disfrutando de la carrera, y en este caso, primaba más disfrutar. El año que viene, que repetiremos, ya bajaremos de la hora y media.

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Katia, Jon, Berni y Yo después de la carrera.

Desde aquí un diez a cada uno de los que se acercaron a animar y/o ver la carrera, a los voluntarios y sobre todo a la organización, que movilizaron a 30.000 personas desde sitios lejanos haciendo una carrera cómoda y bien organizada. En lo personal jamás habría dicho que había tanta gente en la carrera. Y en la post-carrera, un avituallamiento increíble, completo y con un ambiente dificilmente mejorable.
Es una carrera obligada para cualquier corredor, y es una expresión que siempre había oído pero que hasta ayer mismo no había entendido porqué se le daba tanto bombo…Ayer descubrí el porqué.
A ver si consigo más fotillos de la prueba para subir 🙂

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