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ZuiaDu 4.0 – Volvemos al infierno🔥[Crónica]

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3 años me ha costado volver a ZuiaDu desde que lo hice en la primera edición. Y una vez acabado, creo que necesitaría otros 3 años para apuntarme…al menos con las garantías como para disfrutarlo. Si no fuera porque la prueba tiene una organización de 10, no entendería el volver por su dureza.

Vuelven las crónicas al Blog, ojalá lo hubiera podido hacer con mejor sabor de boca, pero en la sección de lloros del final, tiene una explicación. Vamos al lío!

Primer sector – Run 1 – 15Km / 119m+

La idea estaba muy muy clara. Correr lento. No quería cometer la cagada de la primera vez y llegar a la bici acalambrado. Salida comedida, busqué un sitio lo suficientemente retrasado como para poder salir lento desde el principio. (Abajo comentaré el porqué). Necesito que la primera hora sea de calentamiento.

Primer sector a pie, controlando el ritmo para llegar en condiciones a la bici

Sin meterme mucho en ritmos y pensamientos varios en mi cabeza, trato de disfrutar, hidratarme y refrigerar el cuerpo lo máximo posible. Más de 30 grados…Deja Vu. Tony y Alberto (ambos pupilos) van conmigo o cerca…creo que ambos lo van a pagar y se lo intento comunicar, cada uno se ciñe a su estrategia. Tony finalmente se va descolgando (inteligente decisión).

Pasa la primera vuelta, y escuchando las señales del cuerpo, voy regulando. En esta carrera marcan las piernas. No vale echarle corazón o cabeza. Es todo cuerpo, y templanza. Hay que llegar a la bici como si sólo hubiera calentado.

Finalmente pasamos la hora corriendo (primera vez desde Noviembre) y parece que hemos conseguido mantener la estrategia de ir a 4:40 (no estamos para más). Un pulso altísimo (179ppm) entre la falta de adaptación al calor y las putas gramíneas que me hacen tener la garganta como si me estuviesen pisando el cuello. Toca coger la bici y cruzar los dedos.

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Segundo sector – Bici 68.5Km / 1.130m+

Saltamos a la bici y parece que hemos llegado bastante enteros. No hay sustos y todo parece estar en su sitio. Sin embargo, según llego a la subida a Oro, me viene el primer sopapo de realidad, y es que es la única zona del circuito que no conozco. «Menos mal que esto sólo se hace una vez» pienso, y trato de quitarle importancia controlando y tirándome agua por encima.

La diferencia entre las subidas y los llanos es abismal. Se me atragantan muchísimo las subidas y el pulso se me dispara en cuanto el desnivel empieza a castigar.

En cuanto a los llanos, velocidad muy alta sin casi meter vatios y el pulso cae en picado en cuanto me acoplo y relaja…Así es como paso a Alberto, casi sin querer, que se había escapado en la primera carrera…pero esos cambios tan bruscos tienen un precio.

Intento mantener la estrategia de vatios con un IF comedido. Está claro que la estrategia inicial de ir a «ritmo Half» es extender cheques que mis piernas no van a poder pagar. Estoy en el km 50 como si llevase 80 y empiezo a notar las piernas que en la primera vuelta habían ido bien.

La segunda vuelta se me empieza a complicar, el viento ha cambiado algo y se hace notar más, se le suma que las patas empiezan a estar más tiesas…la estrategia ha sido buena, he parado en todos los avituallamientos a refrigerar y conseguir agua (cosa que no pudo ser el primer año). Sigo comiendo y bebiendo (170gr en total, más que suficiente).

Finalmente, llegando a Zarate, tiro del No Cramp porque ya había algún aviso de calambre y quiero llegar bien a la T2. Última bajada y llano, subimos una marcha, y pensamos en correr.

Tercer Sector – Run 2 – 7km / 34m+

Bajamos de la bici y me tomo la transición con relativa calma, lo que necesito es testar al cuerpo y ver cómo se presenta la ultima carrera…aun así, no es mala transi, por debajo del minuto.

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Todo apunta maneras, salgo ligero, buscando el primer avituallamiento para mojar de nuevo la gorra y refrescarme, salgo a un ritmo ligero (demasiado ligero). Al llegar, paro para beber agua y refrescarme porque se que va a ser un largo camino hasta el siguiente.

Según arranco tras parar, llegaron: Ya están aquí los calambres. No cramp para dentro y empiezo a correr. Quizá tarde un poco en hacer efecto…porque 200m después tengo que parar a andar según me pasa Xabi.

Bueno, no pasa nada, andamos un poco, y arrancamos, llevas toda la pretemporada con CaCos Pablo. Y tardo casi un minuto en arrancar, pero por fin, a paso corto y cadencia alta consigo coger un ritmo constante. Lento, pero constante.

Y así van pasando los kms…cercanos a 5min/km…resignación y autoengaño con el «al menos no estás parando». En el 180 me cruzo con Folpo, que está haciendo un carrerón para donde se ha metido y a Jonatan, que le veo bastante tostado poniendo cara de dolor…el debe ver algo similar.

Poco después, en la cuesta, trato de no andar, subo trotando poco a poco, para no perder cadencia y me cruzo con Jonatan. «Venga, vente conmigo, poco a poco a 5» pero ni estos ritmos que apenas vemos en calentamientos parecen ahora factibles…

Y así es como finalmente llegamos de nuevo a Murgia, apretando dientes, manteniendo ritmo calentamiento y cadencia alta para evitar calambres…y pensando que cada paso acerca más al descanso.

Finalmente, alfombra, recta a meta animado por Ander y Andoni y deseando acabar para sacar la libreta de tomar apuntes…

Conclusiones

Obviamente la lista de conclusiones es bastante larga. Pero para evitar dar la murga con ello, dejaré aquí las más evidentes. Que no todas han sido malas.

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Por un lado, derrumbado, al ver que incluso notándome mejor en bici, los números se han venido muy abajo por lo que me ha penalizado el correr antes de subir a la bici, a parte de llevar unos ritmos muy decepcionantes sabiendo de lo que soy capaz de correr y de que siempre ha sido «mi sector fuerte». Pero más allá de eso, vamos a ver la parte positiva.

Era lógico pensar que el correr me iba a penalizar. Este año tan sólo llevo 142km (contando los del Duatlón). Y es que donde no hay mata no hay patata. En el lado opuesto, me veo mejor que nunca nadando, así que esperemos que en un triatlón no penalice para sacar buenos números en la bici.

Además, se me ha desbloqueado algo en la cabeza estas últimas semanas con la carrera a pie, ese miedo a que apareciera la molestia de nuevo y tumbarme de nuevo…este fin de semana he podido correr sin molestias (controlando mucho ritmos) y a día de hoy tengo alguna zona conflictiva molesta…pero veo la luz de cara a entrenar este mes y medio de cara a ViHalf, y corriendo en transición «caliente» me suele respetar…así que vemos un poco la luz al final del túnel.

Finalmente, el material usado en competición no me dio ninguna pega y de cara a ViHalf está más que aprobado…así que ya…vista puesta en Junio.