Las diferencias entre cubierta y cámara, tubeless y tubular son muy evidentes, sin embargo, mucha gente no sabe bien qué lleva en su bicicleta, o qué repuesto necesita para su rueda en caso de un pinchazo o reventón. En este artículo vamos a ver los principales neumáticos para bicicleta y en qué se diferencian.
Tubular
El clásico sistema de neumáticos. Basta con ver cualquier foto antigua de La Vuelta o similar para ver que es un sistema que lleva años implantado. Se trata de un aro de goma similar a una junta tórica con una válvula que se pega al aro de la rueda con un pegamento por uno de sus lados y una vez inflado queda sujeto en su sitio.
La principal característica es que suele aguantar mayor presión que el resto de sistemas, aunque hoy en día la tendencia es a ir más bajo de presión (por el ancho del diámetro). Cuando los neumáticos eran de 22-23mm esto era más crucial. Normalmente son menos susceptibles a pinchazos ya que tienen una capa de goma algo más gruesa y habitualmente van con un líquido antipinchazos por dentro que permite sellar pequeños pinchazos. Para cosas más serias habría que ayudar al sellado insertando una «mecha» en el agujero hasta que este se selle o en su defecto cambiar el tubular completo.
Una de sus principales desventajas es precisamente, que llevar un tubular de recambio es más aparatoso que una cámara ya que ocupa bastante más espacio.
Cubierta y cámara
Uno de los sistemas más extendidos a día de hoy, aunque en los últimos años está perdiendo campo en detrimento del tubeless. En mi caso, es el sistema más cómodo y rápido de cambiar. En este caso tenemos un tubular interior más fino y flexible, que es el que se hincha de aire y una cubierta que lo protege y va ajustada contra la llanta de la bici. La cámara puede ser de látex o butilo, aunque no entraremos a tanto detalle en este artículo.
La principal ventaja es que ante un pinchazo, basta con revisar que el elemento que nos ha hecho pinchar no siga en la cubierta (cristal, metal…etc) y sustituir la cámara. El cambio es relativamente rápido y nos permite continuar la ruta como si nada. Además, el recambio de una cámara es bastante más ligero y pequeño, y podemos llevar 2 cámaras de repuesto en casi cualquier bolsa de recambios. También podríamos parchear la cámara, aunque es un proceso más dilatado en el tiempo.
Por otro lado, el recambio de la cubierta, en caso de reventón o raja en la misma, también es más barato que cambiar un tubular completo. Podemos también combinar diferentes tipos de cubierta, más lisa para asfalto y alguna cubierta más gorda y taqueada tipo gravel si quisiéramos sin irnos mucho a precios elevados.
Tubeless
Es uno de los sistemas que más protagonismo ha ganado los últimos años. En este caso, de lo que prescindimos es de la cámara interior. (Tube en inglés significa cámara, de ahí el nombre Tube-lesss, «Sin cámara»).
En este caso es la propia llanta junto con la cubierta exterior lo que crea el habitáculo para el aire. Esto conlleva a que el sellado tiene que ser perfecto para evitar fugas de aire. Por este motivo, la llanta y la cubierta deben ser específicas para montar sin cámara, las conocidas como «Tubeless Ready» aunque la mayoría de ellas se pueden usar también con cámara.
Tubulares macizos
Por último, tenemos este nuevo concepto de neumático. En este caso, hablamos de un aro de goma maciza que sustituye a lo que sería el tubular que hemos visto. Este aro va sujeto por unos pasadores de plástico rígido que sujetan el tubular a la llanta. Como característica principal, no tiene válvula de aire ya que no va relleno de aire. Ésta es una forma de garantizar la imposibilidad de pinchar, aunque por contra son algo más pesados y el coeficiente de rodadura es algo más bajo que un neumático estándar.
Uno de los fabricantes más famosos de este estilo de ruedas es Tannus, con dos principales modelos: Slick o mixta.
