No voy a mentir, hoy no tenía muchas ganas de nadar, ni de nadar ni de nada en general. He tenido una semana larga de trabajo pese a tener sólo cuatro días. Aún montado en la fixie estaba escribiendo un mensaje al grupo de Telegram de Trirunners de que no iba a hacer, justo en el momento en el que Gorka Arkotxa escribía que estaba llegando a la playa que al final se animaba. Afortunadamente mi mensaje no llegó a enviarse y lo pude borrar sin dejar la menor huella. Parecía que iba a tener escusa para no irme a casa. Minutos después llegaba Jon Iñaki y nos ibamos los tres hasta la playa de Arrigunaga.
Con los pies en la arena, empezabamos a notar el frío, el aire venía fresco y el cielo incluso indicaba que podría llover algo, pero la única forma que mi cabeza aceptaba que volvería a la playa de Ereaga era nadando los 3.000m que la organización defendía que había entre playas.
Daban la salida, y ya en los primeros minutos tacho mi segundo handicap del día, y es que parece que la temperatura no va a acabar siendo un problema, era algo que no tenía tan claro…Con el frío que estaba cogiendo en la playa, sin neopreno, y mi medio gramo de grasa…
Ahora faltaba sortear otros obstáculos, como los 500 primeros metros contra las olas, esto no es como nadar en un puerto, el oleaje se hacía notar, y una vez superado este se notaba un poco más fresca el agua, pero ya llegaba a mi cuarto reto a superar, que era encontrar la primera boya.
Finalmente la encuentro y rebaso sin problemas, pese a que eran unas boyas bastante pequeñas para estar tan lejos una de otra en mi opinión.
Empezamos a enfilar la playa de Ereaga y se nota que la gente tiene los mismos problemas que yo, el grupo está muy perdido buscando la siguiente boya, pese a no ser como un triatlón, que siempre recibes algún golpe, prefiero retirarme un poco del grupo y alejarme de la zona de los acantilados, con el mero objetivo de separarme lo suficiente como para asegurarme de que no dejo la segunda boya a la izquierda. Algunos me siguen, otros no, pero yo voy un poco a lo mío, aprovechando el oleaje que en algun momento ha estado a favor. Pasan los minutos lentos, y finalmente empiezo a ver a mi izquierda el espigón del paseo del puerto, la costa al frente ya no parece tan lejana, así que aprieto un poco el ritmo.
Saliendo en la playa de Ereaga |
No os voy a mentir, y es que pese a que no se me da mal del todo el nadar, y disfruto haciéndolo. Me da miedo. Es un miedo irracional, nunca me ha pasado nada «serio» en el mar o en algún lago, pero quizá de pequeño vi mucha tele (eran los noventa, época de los vigilantes de la playa y las pelis de tiburón), así que no puedo hacer que mi cabeza deje de funcionar y se relaje un poco en el agua, cuando no son medusas son cualquier otra cosa, pero siempre teme algo. Pero hoy había que luchar contra eso, era uno de los objetivos del año, hacer una travesía alejada de la orilla lo suficiente como para dar un pasito más de superación de este miedo irracional, y parece que lo hemos cumplido. El mar es sólo agua y mas agua, y por debajo…más agua! (Soy consciente de los peligros, no me he ido a vivir a los mundos de Yupi)
Vayas donde vayas aparecen Trirunners! |
Finalmente pisamos arena en Ereaga y oigo como los juegues gritan el tiempo, 48:01 no está mal, aunque por los datos me huelo que no son 3000 metros…más bien andarán por los 2500-2700 pero era un recorrido que siempre quise hacer desde que iba a Arrigunaga a nadar y tomar el sol.
Gracias a Jon Iñaki a Gorka Arkotxa por aparecer y darme el impulso final para no rajarme y a Egoitz por estar esperándonos en meta por sorpresa! (De él la foto saliendo del agua)