info@efectodorsal.es

XXV Triatlón olímpico de Castro-Urdiales, busca la excusa.

Compartir es vivir!

Día raro, en muchos sentidos. Para empezar, creo que es la primera vez que voy a un tri en autobús, y es que pese a tener la bici ya en la casa de Castro-Urdiales, el viernes dormí en Bilbao porque me daba tiempo ir al día siguiente con todo atado ya desde el finde anterior. Por otro lado el tiempo, que hacía un calor de mil demonios pese a que daban lluvia…y por útimo, por desgracia mi hermano David, se puso enfermo la noche anterior (al final ha resultado ser gripe) y finalmente no corría la carrera, por lo tanto, era el único Trirunner que salía en la primera ronda de natación. Pero son cosas que escapan de nuestra decisión.

Comenzamos con la natación, como novedad, era la primera vez que hacía un tri sin neopreno, y en comparación con el resto creo que estaba muy tranquilo con el tema, el 90% de las veces nado sin neopreno, así que lo veo como un complemento y me veo muy seguro sin el.
Y así fue, me vi cómodo sin el respecto a la natación, por desgracia, empecé a tener una jaqueca enorme a lo largo de la natación que iba cada vez a más, intenté bajar más aún la cabeza de lo que suelo llevar por si era algún tema de cervicales (que no debería porque no la llevo apenas elevada), por desgracia no remitió así que supuse que sería por el sol que había estado pegando en el previo…
A parte de eso, no mucho que reseñar en el agua, salvo que en la parte cercana a la bocana se notó un oleaje bastante elegante…y otro dato a reseñar del que me siento orgulloso: Evité que me pasara lo mismo que en Laredo.
Me explico, después de hacer la segunda boya, la gente se fué bastante más lejos que lo que debía, en vez de hacer 90 grados, hicieron unos 60 y se fueron hacia la dársena, sólo unos pocos divisamos la tercera boya y dejamos de seguir pies sin sentido, recortando un gran tramo y bastantes posiciones, lo cual me hizo coger una posición privilegiada para nadar a mi ritmo hasta el fin de la natación, ya que al principio me veía entorpecido por algunos nadadores…finalmente el puesto 165 de 400 en este sector. (1500m en 00:28:12)

Transición rápida sin tener que quitarse neopreno, me gusta. Salgo rápido en la bici, y empiezo a notar que mi cuerpo no esta bien. La jaqueca sigue y me entran nauseas, no es mareo del agua, es malestar…empiezo a venirme abajo…¿a lo mejor me ha pegado mi hermano la gripe? ¿empiezo a notarlo ya? Sigo sumando Km, con el viento de cola, pero no puedo aprovecharlo, cada vez que aprieto me dan ganas de vomitar, y se me pasa más de una vez la tentación de pararme en el arcén y dejar la carrera, no estoy disfrutando.
Este triatlón vuelve a ganarme, y ya van 2-0. Me niego y me autoengaño, empiezo a buscar escusas para seguir: «Venga, unos metros y ya se acaba la subida», «Vamos, parece que se esta nublando un poco», «Venga, mira al de la moto, por fin se para a echarte fotos a ti, no salgas con cara rancia». Van pasando los Km y parece que el autoengaño va funcionando y por fin consigo meter algo de comida al cuerpo sin tener nauseas.

Desde aquí hasta la T2 parece haber una mejora contínua de sensaciones, salvo cuando veo pasar mi vida por delante bajando Hoyomenor…y es que habiendo dos curvas muy parecidas confundo una con otra que se cierra más hacia al final y por poco acabo comiendome el quita-miedos a más de 50Km/h, por suerte los neumáticos no defraudan y la suerte me da su beneplácito. Pero no he pasado más miedo en una bici en mi vida.

Te puede interesar:  Maratón de Valencia: Datos y frikeo vario
Llegando a la T2

Acabo la bici en el puesto 145 de 400 (43Km en 01:18:59), un sector mejor que la natación pese a todo, segunda transición , calzarme y cambiar el  casco por la gorra y salir pitando, me sorprende como mi cuerpo responde a esta transición sin apenas entrenarla (sé que debería hacerlo más) aún asi los primeros Km van bastante ligeros.

Por fín disfrutando de la carrera

A medida que avanza la carrera a pie me voy relajando un poco, me cuesta mantenerme constante, no por físico sino por distracción mental…me relajo pero aprovecho la nueva subida a la catedral de Santa María para recortar tiempo a la gente, en este caso agradezco ser amante del Trail, ya que entre la pendiente y el terreno me viene de perlas el cacho nuevo, tanto que hago el sector de carrera con el puesto 99 de 400! (10Km en 00:42:23)
Finalmente, y tras un sprint en el último Km (a 3:20 o así) llego a meta con 2 horas 30 minutos y 6 segundos según el Garmin, frustrando mi intención de hacer sub 2:30. No obstante el tiempo oficial me marca 02:31:02 con el puesto 112.

Cerca cerca del sub 2:30
Sabor agridulce, por un lado rabia por no haber podido apretar del todo por el malestar físico del principio, pero por otro lado contento, pese a tener 5Km más de bici, he hecho sólo medio minuto más que el otro olímpico del año, el Triatlón de Laredo y 15 minutos menos que el año pasado en esta misma prueba donde la rodilla me dió el tri…(leer crónica aquí)

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *