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Triatlón de Castro Urdiales. Cuando tu cuerpo no responde a tu cabeza.

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No voy a empezar poniendo excusas de que si estaba tocado previamente o no de momento, ya tocará su momento cuando haya que explicar el porqué de las cosas, las excusas son para quien no quiere cumplir algo y yo en la meta no tenía ninguna excusa en la cabeza, así que iré al momento en el que estabamos en el agua Tomás, David y yo hablando para relajarnos a escasos minutos de la salida.

Ya han salido las chicas, al final estamos permitidos a usar neopreno pese a lo que esperabamos, con los nervios pre-salida y los jueces pidiendo a la gente que no cruce la línea de salida antes de tiempo. Por fín dan el aviso y aquello vuelve a convertirse en un SOS en el cual la técnica se va un poco al traste porque uno es incapaz de llevarla a cabo sin recibir por todos lados…mi mayor preocupación es evitar que me salten las gafas (que lo acaban haciendo, pero por suerte el llevarlas debajo del gorro evita perderlas) y que me arranquen el chip, que por los agarrones en los pies estaba preocupado…Por lo demás la natación se aguanta mas o menos bien, en la segunda boya me cruzo cara a cara con David, que ni se entera que soy yo y al de pocos metros nos perdemos uno de otro de nuevo. Tras 26 minutos salgo del agua mas o menos entero (esta vez la sensación de cansancio como si me hubieran pegado una paliza es bastante menor), y con un corte en el pie que más tarde encontraría por dejar las zapatillas de bici llenas de sangre…

La T1 va bastante fluida, con David que justo llega detrás mío recordandome que deje todo en la caja, le digo que se ocupe de lo suyo con cariño y marcho con la bici y las calas puestas con gomas en la bici, sorprendentemente el invento funciona a la perfección y hago la transición más rapida que haya hecho hasta hoy.

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Ya a la salida de castro, noto que la bici empieza a darme unos trompicones nada normales, el freno trasero me esta frenando y mucho, no entiendo nada, le doy un toque con la mano y empeoro la situación, ahora si que no puedo apenas ni andar, me bajo con una mala hostia tremenda, intento poner el freno recto, suelto la rueda y la centro en segundos, hasta que pasa uno gritando «Abre el freno!!», dicho y hecho, a partir de ahora me paso la carrera a bici sólo con el freno de alante salvo en la bajada que lo volví a cerrar por si fallaba el de alante. Una vez en carrera de nuevo, voy recuperando posiciones, la media va de lujo, en Islares me cruzo con Tomás, le doy animos y tiro para alante, saliendo del pueblo me cruza Basi como un cohete con la cabra, y pocos kilómetros más alante alcanzo a David que le veo cabizbajo, le meto unos aplausos y le grito «Arriba!!!» y en seguida se nota como recupera ritmo, llegamos juntos a la subida a Hoyomenor donde ocurre lo que me esperaba, se empieza a notar mi carencia en las subidas y le digo a David que lo dé todo, a partir e ahora me tocará ir solo…

Se acabó el calzarse en la transición, ahora con gomas y en marcha!

El resto de la carrera a bici es un intento de no formar parte de ninguna grupeta para evitar la amarilla, pero acaba siendo inevitable y me la cascan a mi, y a otros tantos que ibamos en tres grupos, sin rechistar, me la merezco.

Llego a la T2 con la sensación de que puedo hacerlo mejor, y me lo confirmo cuando me paso mi puesto y casi me voy con el casco puesto, empiezo a cabrearme conmigo mismo por irseme tanto la olla…empiezo a correr ligero, parece ir todo bien y guardo la esperanza de alcanzar a David que se que anda por ahí alante y va mas suave que yo, puede ser bonito cruzar juntos.

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Antes de llegar al Km 3 se hace realidad un temor que tenía desde la semana pasada. Me da un latigazo en la rodilla derecha, que ya me aviso en Asturias despues de subir a lagos y alguna otra rutilla por la zona…automaticamente el ritmo de la carrera baja muchisimo, voy cojeando y el Km3 se me hace eterno, apenas puedo correr, cada vez que piso la rodilla no puede aguantar mi peso y tengo que apoyar la otra, en algunos casos tengo que andar porque el dolor ya es insoportable…acabo la primera vuelta cruzandome con Andrea y Laura, la novia de mi hermano que me miran con una cara de preocupación tremenda, debo ir hecho un cuadro…

Y recién pasada la primera vuelta, llega el momento mas duro, me tengo que parar, me siento, mi rodilla literalmente no responde a mi cabeza, me quedo en el suelo unos minutos, hecho polvo, no fisicamente, sino psicológicamente, mi cabeza quiere tirar, mis musculos pueden tirar, mis pulmones respiran perfectamente, pero mi rodilla no soporta mi peso, me masajeo la zona viendome que ni llego a meta, aún quedan 6Km y pico y no puedo levantarme. Veo que se va acercando una chica anónima timidamente por el rabillo del ojo, y mi cabeza automáticamente salta, venga Pablo, tienes que acabar, puedes hacerlo, no estás cansado. «Quitters never Win». Y para cuando me pregunta si estoy bien ya estoy de pie y volviendo a la pista para seguir, poco a poco y aun sin saber porque cuando llego al Km 7 mi rodilla apenas me duele y me medio responde, y para mi sorpresa recupero unas 10 posiciones de gente que me había pasado cuando cojeaba, poco a poco voy viniendome arriba y cada vez que me cruzo con Tomás le doy animos para que acabe, es su primer Tri y va de lujo!

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Si no se disfruta, esto no tiene sentido.

Finalmente, cuando el reloj marca 2:45:47 entro en meta, la rodilla me empieza a matar segun ando, pero inconscientemente voy sonriendo sin saberlo, parece que la sensación de haber acabado vence por goleada al dolor de la rodilla.

Agradecer especialmente a todo el equipo de Trirunners, tanto los que corrieron como los que «sólo» animaron (a veces no se que es más duro…),  a Innevento Sports por la organizacion, a todos los los fotógrafos y cámaras, a mi padre por el abrazo en meta, a David y Tomás por correr como autenticos cracks, a Oscar y Eva por estar animando desde el primer momento, a Laura, y sobre todo a Andrea, que una vez más estuvo aguantando desde días antes de la prueba y aguantó como una campeona.

Buen recovery en equipo con una paella riquísima!

 

 

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