La escala de Borg o del esfuerzo percibido, en una época en la que todo está extremadamente digitalizado, es de vital importancia. Nuestro cuerpo es sabio, y nos avisa siempre de cómo estamos en cada momento. Es muy importante prestarle atención a lo que dice, y para ello tenemos la escala de Borg.
¿Qué es la escala de Borg?
La escala de Borg es una relación entre el esfuerzo percibido respecto a la intensidad del ejercicio que estamos realizando. Es un valor subjetivo relativo a la carga interna.
¿Por qué es tan importante?
Debemos entender que no somos robots. No podemos entrenar sólo con un método de cuantificación de la carga externa. Tenemos que tener presentes otros sistemas para cotejar la carga. Si sólo tenemos en cuenta factores externos como entrenar por ritmos y no prestamos atención a las sensaciones, puede que lleguemos a sobreentrenarnos. Este es el típico caso de «no llego a los ritmos».
No todos nuestros días son iguales, y nos influyen diversos factores: horas de sueño, alimentación, estrés…y nuestro cuerpo no responde igual siempre. Lo que un día puede ser un entrenamiento fácil, otro día nos puede resultar imposible. Gracias a la escala de Borg, podemos tener otro valor presente a la hora de afrontar una carga. De ahí que muchos profesionales (y sus entrenadores) recalquen la importancia de hacer caso a las sensaciones.
¿Cuándo usar la escala de Borg?
Lo ideal es tenerla siempre presente. Además a medida que vayamos ganando experiencia entrenando, más fiable será. En cada entrenamiento tenemos que tener presente lo que supone entrenar a ciertas pulsaciones, vatios o a cierto ritmo. De esta manera, el día que veamos que nos desviamos de esa relación, sabemos que hay algo que no cuadra.
Algunos de los factores que puede hacer que nos desviemos de esa relación pueden ser:
- Terreno: Obviamente un terreno no favorable (cuestas) va a hacer que aumente el valor en la escala de Borg si queremos mantener un determinado ritmo. Dicho de otra forma, si estamos corriendo a 5:00min/km y tenemos un falso llano, vamos a notar que nos cuesta más si intentamos aguantar ese ritmo.
- Temperatura: La temperatura es uno de los factores que más afectan.
- Viento: Al igual que el terreno, el viento en contra puede jugarnos una mala pasada.
- Enfermedad o sobreentrenamiento: Si tenemos varios entrenamientos seguidos con malas sensaciones y vemos que el cuerpo no responde como es debido es posible que nos estemos sobreentrenando. O que estemos incubando algún virus, etc..