Las zapatillas con placas de carbono llevan tiempo entre nosotros. Sin embargo, parecía cosa sólo de corredores «tocados por la varita». Hoy por hoy existe una gran variedad de modelos y precios que pueden hacer que la placa de carbono se extienda de manera exponencial…
En este artículo, se pretende responder a alguna de las preguntas habituales sobre el mundo de estas zapatillas.
¿Qué beneficios tienen las zapatillas con placa de carbono?
Principalmente los fundamentos científicos en los que se basan las zapatillas con placa de carbono es la reactividad de la pisada. Es evidente que la placa ayuda a la propulsión, por eso mismo la World Athletics ha sacado una normativa específica. No obstante, un beneficio secundario sobre esto es que reducen la fatiga, o mejor dicho, retrasan la aparición de la fatiga.
Ahora bien, como todo, necesitamos unos requisitos mínimos para ello. No podemos esperar que las zapatillas hagan el trabajo por nosotros, necesitamos una base mínima de fuerza muscular, no podemos esperar a la magia del carbono sin una base. De igual manera, para notar los beneficios de unas zapatillas con placa de carbono, necesitamos unos «ritmos mínimos». Para entendernos, ir a 5:30min/km con unas zapatillas con placa de carbono es como ir a 15km/h con un casco aero.
¿Por qué comprar unas zapatilas de carbono?
Como bien decíamos en el grupo de Telegram recientemente, hoy por hoy, no tener unas zapatillas con placa de carbono es jugar con desventaja si queremos ser un poco competitivos.
Existe una gran variedad de zapatillas con placa de carbono que permiten encontrar un modelo concreto para nuestra situación y objetivos. La oferta de modelos disponibles ha evolucionado mucho estos últimos años y los precios se han democratizado bastante. Ya no se trata de tener unas zapatillas con placa de carbono, sino saber qué modelo de zapatilla necesitamos.
¿Para quienes son las zapatillas de carbono?
Siguiendo el hilo conductor del artículo, es necesario entender varias cosas:
Por un lado, necesitamos unos ritmos mínimos para notar la mejora de la placa. Por otro lado, necesitamos tener claro qué tipo de competición o uso vamos a darle, y por último, tenemos que saber qué estamos comprando.
Hay zapatillas con un perfil muy agresivo, pensadas para ritmos muy altos y con cambios de ritmo. Por otro lado tenemos zapatillas más pensadas para la larga distancia quizá respondan peor a cambios de ritmo pero que permitirán mantener ritmos crucero altos con menos fatiga y teniendo un buen remate final. En un artículo en un futuro próximo veremos diferentes opciones.
En resumen, las zapatillas de carbono van a ayudar a casi cualquier corredor con un mínimo ritmo (por debajo de 5min/km de crucero o debajo de 4 a ritmo alto) que quiera dar un punto extra a su rendimiento.
La contrapartida, no todo es oro
Como comentaba antes, no todo depende del ritmo que trabajemos. Incluso si tenemos ritmos donde podamos rendir mejor con zapatillas con placa de carbono, hay ciertos inconvenientes sobre las mismas.
Por un lado, debemos saber que, por lo general, la estabilidad es menor cuando corremos con zapatillas de carbono, así que la fuerza y estabilidad de nuestro tren inferior debe ser capaz de asimilar esa «carga extra» de trabajo de estabilización.
Por otro lado, tenemos que la durabilidad de estas zapatillas, por lo general es menor. Aun habiendo modelos que ya permiten hacer más km totales, no están diseñadas para el día a día. En el próximo artículo veremos qué durabilidad podemos esperar aproximado pero el dato es sensiblemente menor que una zapatilla convencional.
Entonces, ¿Merece la pena comprar unas zapatillas con placa de carbono?
Personalmente llevo tiempo con el runrún de probar una zapatilla de este tipo…el momento definitivo fue el artículo de SporTraining donde gente del calibre de Joan Rius y Jordan Santos hablaban de los beneficios de las mismas. Sin embargo la poca oferta de modelos (Nike) y los precios (300€) me han frenado hasta ahora.
Hoy en día, con la diferencia de precio que hay de una zapatilla convencional (100-130€) a unas con placa de carbono (150-200€) creo que merece la pena la inversión si las cuidamos como la zapatilla de competición que es. Podemos usarlas en entrenos de calidad y buscar ese punto extra en competición si lo que buscamos es ser competitivos.
Personalmente creo que la era de las zapatillas de carbono ha venido para quedarse (al menos durante un largo rato) así que creo que negarse a usarlas sería dar un paso para atrás, pero como dígo, eligiendo bien el modelo en función de nuestras características y objetivos.