MonegrosMan Series – III Duatlón LD Sena

Dura prueba la de este sábado y dura crónica a escribir.

Llegué a Sena bien, motivado, con la cabra mejor
preparada que nunca, hechos los deberes, bien comido, y aún así pasó lo que
pasó.

El día anterior, ya en el reconocimiento de la vuelta en
bici, pasamos miedo con el viento (que a la noche en las noticias confirmaron
que había sido fuerte, en nuestra zona habían alcanzado los 65Km/h), pero el
sábado parecía que iba a amainar algo. Para que os hagáis a la idea del viento que hacía:

16:00, todo listo, formados en nuestro sitio del box,
vamos saliendo todos por orden de dorsal hacia la salida. Salimos, y como de
costumbre, la salida es rápida, la primera vuelta de 2,5Km aprox. llevamos un
ritmo de 3:45min el Km, hasta la primera recta de la segunda vuelta, donde
empieza a levantarse viento y decido bajar un poco el ritmo a 4:10 o así para
no quemarme antes de tiempo en los 8 primeros Km corriendo.

El sol pega, y el avituallamiento no aparece
(supuestamente en el Km 4 habría, pero empiezo a darlo por perdido y asumir que
sólo será cuando volvamos de la bicicleta), empiezo a agobiarme con el sol y el
viento, y aprieto un poco a ver si llega pronto la T1, la última vuelta bajo a
4:00min el Km o así para separarme un poco del grupo en el que voy, ya que la
bicicleta es sin drafting y sino habrá que estirarse luego sobre las ruedas…

La T1 va sin problemas, salvo que como no me fiaba del
viento decido calzarme las zapatillas de ciclismo en el propio box en vez de
sujetarlas con gomas ya puestas en los pedales como suelo hacer, pero me monto
de un salto en la bici y la primera cala entra según poso el pie, contento,
salgo para la carretera sintiéndome fuerte.

Según salimos a la carretera, aparece el cierzo, más
suave que el día anterior, pero notable y la primera recta de unos 12Km se
vuelve en un tira y afloja entre unos cuantos que vamos pasándonos entre
nosotros luchando contra el viento en todo momento. Pese a ser un tramo
bastante plano, es difícil pasar los 20Km/h.

Finalmente, llegamos a la desviación hacia Castelflorite,
donde el viento pega ahora de medio-cola, y se puede ir cómodo rodando a
45-50Km/h por los toboganes, llegando ya a dicha localidad, alcanzo a Alfonso,
que parece ir fuerte, le advierto del viento lateral que viene ahora y sigo
hacia delante, luchando con un fuerte viento lateral, hasta el avituallamiento,
donde contaba con un bidón de powerade, pero al estar gestionado por los niños
del pueblo, me tengo que conformar con rapiñar 30cl de agua, medio plátano y
una barrita.

Comienza la segunda vuelta, y según salgo a la general
noto que el viento es ahora bastante peor que la primera vuelta, empieza a
asemejarse al de ayer, y aquí es cuando con casi todo el desarrollo metido, me
levanto para afrontar un repecho y de pronto me empiezan a atacar calambres en
el cuádriceps, no entiendo nada. He bebido, he comido, he ido cómodo, no quería
apretar para no pinchar, y de pronto me veo, que no puedo tirar, todo el
desarrollo metido y al menor repecho no subo de 15Km/h, me pasa David, me pasa
Alfonso, a los dos le digo lo mismo, voy vacío, no puedo tirar. Empiezo a comer
lo poco que me queda (reservando algo por lo que pueda pasar) y a luchar contra
el viento hasta la desviación, donde aprovecho el viento y evito dar pedales
para estirar un poco…oigo una moto de la guardia civil, me sigue durante un
rato y mirando para atrás no veo a nadie más, ya mosqueado, le hago señas de
que se ponga a mi lado y le hago una de las preguntas más duras en una
competición…”¿Voy el último?”, para mi sorpresa se ríe y le confieso que si es
escoba que me lo diga, que no puedo mantener ese ritmo, me dice que no, que soy
el 8 por detrás (no se que fue peor…) pero de pronto veo lo que estoy
rogando…estoy deseando retirarme. Quitters never win. Si me retiro, se acaba
todo, y eso es inadmisible. La frase de “bueno, a acabar” se torna más real que
nunca, y sigo tirando hasta la T2 como puedo para poder acabar.

La T2 horrible, voy andando, ni puedo trotar, me calzo
como puedo y salgo para la carrera a pie.

Según salgo veo que al de 1Km o así voy a tener
avituallamiento, un soplo de aire fresco, he fundido toda mi comida, incluida
la que me reservaba para la carrera a pie. Cuando llego arramplo con todo,
naranja, plátano, un gel y agua, y me lo voy metiendo poco a poco en los
siguientes cientos de metros, avanzando poco a poco hasta que en la segunda
vuelta tengo que parar porque se me está subiendo el cuádriceps y en cuanto
intento estirarlo se me sube el isquio hasta arriba. Sorprendentemente los
gemelos van de lujo, el pedaleo de pistón ha funcionado.

Los próximos metros andando, Alfonso se cruza y me dice,
que aunque sea andando que acabe y poco a poco retomo el ritmo hasta la meta.

3h 33minutos 56 segundos, con un sabor muy amargo, de pasar
de sentirme realmente fuerte (y no engañándome como he hecho a veces) a estar
fundido.

Por otro lado, a nivel psicológico creo que era
necesario, hasta ahora he tenido algún problema y me he sentido días fuerte y
otros más débil, pero hasta ahora nunca me había visto tan tan incapaz de
avanzar y a punto de retirarme. Obviamente me alegro de haber llegado hasta el
final en una prueba que pese a lo que parecía resultó ser muy dura y con mucho
nivel.